Algunas consideraciones

  • Del total de defunciones en el Uruguay las ECV siguen siendo la primera causa de muerte global representando el 25,4% del total de defunciones.

  • En el año 2019, para el sexo femenino la primera causa de muerte fueron las ECV y en segundo lugar el cáncer. Para el sexo masculino esta relación se invierte, siendo el cáncer la primera causa de muerte.

  • A partir de los 35 años de edad la ECV siempre se encuentra entre las primeras tres causas de muerte.

  • La mayor carga de mortalidad por ECV se da en individuos mayores de 75 años.

  • La mortalidad prematura (de 30 a 69 años de edad) por ECV presenta una tendencia decreciente.

  • Dentro de las ECV las dos primeras causas son la enfermedad cerebrovascular y la enfermedad isquémica del corazón. La tasa para enfermedades cerebrovasculares observada en 2019 es mayor que en 2018, al tomar en cuenta los últimos 10 años la mortalidad prematura ambas patologías presenta una tendencia descendente.


Las ECV siguen siendo la primera causa de muerte en nuestro país y en el mundo. La evolución de la mortalidad por ECV viene disminuyendo a nivel mundial y nuestro país acompaña esta tendencia.

La mortalidad prematura por ENT es un problema de salud pública evidenciado en parte por los AVP que generan. Según el informe ENT OMS 2018 el número de defunciones prematuras a nivel mundial ha aumentado en el período 2000-2015. Sin embargo, la probabilidad de morir por alguna de las 4 ENT está disminuyendo. Esto se debe principalmente a dos factores: una creciente población de 30 a 69 años y una reducción de la mortalidad en dos ENT: ECV y enfermedades respiratorias crónicas. (OMS 2018)

Nuestro país muestra un comportamiento similar, observándose una reducción de la mortalidad prematura por ECV. Si tomamos como línea de base la mortalidad por enfermedades isquémicas y enfermedades cerebrovasculares de 30 a 69 años en 2010, se observa una reducción de aproximadamente 14 % para ambas patologías. Esta reducción cumple con el objetivo estratégico de disminuir la carga prematura de mortalidad por ECV establecida en los objetivos sanitarios nacionales 2020 (MSP 2015).

De este informe se desprende que los AVP por cáncer y ECV continúan siendo un problema de salud pública, con las consecuencias individuales, sociales y económicas que esto implica.

Es en este sentido que las políticas públicas tendientes al control de las ENT cobran jerarquía y resultan una herramienta útil para combatirlas.